martes, 8 de junio de 2010

Presentado el novísimo iPhone 4

Entre tema y tema de Introducción al Formalismo de la Mecánica Cuántica (Colección Cuadernos de la UNED, una cucada. Tengo el segundo parcial mañana), me he tomado un descansito, he accedido a la aplicación Safari de mi fiel iPhone 3G, y cual es mi sorpresa (ninguna en realidad, puesto que ya lo sabía) cuando veo en el portal de Apple el anuncio del nuevo iPhone 4(G). Definitivamente el dispositivo es el mismo del caso Gizmodo, y cualquier duda acerca de la veracidad de aquellas informaciones queda disipado como el pis de un chiquillo vertido en las inmensidades del océano pacífico.


La verdad, asusta un poco (o al menos, causa admiración) el poder y la influencia que está adquiriendo la empresa de Cupertino (es el momento adecuado de recordar que hace poco Apple superó en valor total de empresa -sea lo que sea eso- a Microsoft, su eterna rival), suficiente incluso para plantar cara a un producto tan implantado y admitido como Flash, de Adobe. Lo que no es capaz de lograr en el Desktop (lleva décadas sin conseguir convencer al ciudadano medio de que use un Mac en lugar de un PC con Windows), debido a un pronunciado efecto de vendor lock-in, tal vez el mayor de la historia del marketing, lo está logrando en todo lo demás, donde no hay tal efecto. La gente MA·TA por estos cacharros. iPod, iPhones, iPads... cualquier cosa que empiece por i (excepto iMacs...). Yo mismamente espero con ansia comprar el mío para sustituir a mi fatigada unidad 3G. ¿Qué será lo próximo, la iConsole?

La verdad es que el dispositivo es precioso, por dentro y por fuera. Materiales de primera (al menos en este aspecto, se distancia de cualquier competidor), gran funcionalidad, mucho software... en fin, todo lo que hace atractivo un producto. Si hay algo cierto, es que Apple sabe vender. No hay más que ver cómo usan el documentado efecto de Reality Distortion Field para mostrarnos el gran paso de gigante que es el invento de la videoconferencia (cuando es algo que ofrecen otros teléfonos desde hace años y años). Aún así, pienso sinceramente que el dispositivo es fabuloso, se ofrece a precios razonables, es duradero y bien construido (doy fe), tiene un microprocesador rapidito (el Apple A4), y es simplemente bonito (Apple tiene la habilidad casi mágica de hacer que los dispositivos de los rivales parezcan un cubo lleno de vómito al lado de los propios). En fin, a quien le guste, que lo compre, y a quien no, que no, y todos contentos. A quien no le guste, que considere una Blackberry, o aún peor, un dispositivo basado en Windows Mobile. Hay gustos para todo.


1 comentario:

  1. Personalmente, mi IPhone 3G sigue en perfectas condiciones, y aunque pierda muchas de las ventajas de el nuevo modelo en la actualización, prefiero esperar un tiempo, esperar a que mi aparato de problemas de algún tipo. Ahora su funcionamiento es perfecto para mis necesidades.

    De todas formas reconozco que me resulta atractivo y, en otras circunstancias, me lo compraría.

    Sin embargo el IPad no me lo han colado ni con RDF ni con anuncios. Me parece un aparato muy inferior con respecto a otros tablet Pc.

    Sigo echandole en cara a Apple, la sesnsación de "el gran hermano te vigila" que transmite cuando no puedes enviar canciones, o conectar con otros teléfonos. Uno se siente idiota viendo a dos amigos pasarse canciones o tonos con sus teléfonos de gama baja y tener que decir "no, mi maravilloso y caro IPhone no es capaz de hacerlo".

    Tambien reprocho su precio en el mundo de la sobremesa, que lo sigue haciendo poco competitivo comparado con lo que puedas encontrar en el mundo del PC. Sin embargo en portatiles, cuando se rompa el que uso, puede que me lo plantée.

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